LA BAJA AUTOESTIMA Y SUS CARACTERÍSTICAS

Una de las características de las personas con baja autoestima es que son más pasivas que las que tienen una buena autoestima. Les cuesta más tener iniciativas a todos los niveles: laboral, académico, sentimental, familiar, de ocio... Esa falta de iniciativa hace que dejen pasar la vida ante sus ojos (en mayor o menor medida) sin autorrealizarse, sin expandirse y crecer al máximo exponente.

Estas personas no confían en sus cualidades y capacidades, y sin embargo, agrandan y ensalzan las cualidades y habilidades de los demás. He de decir que el pensar que los demás son mejores que uno mismo es una forma de infravalorarse, de no quererse. La verdadera autoestima te hace sentir al mismo nivel que los demás, ni por encima ni por debajo. Te permite apreciar las virtudes de otros y a la vez las tuyas propias. Te reconcilia contigo mismo, y por tanto, con el mundo.

Las personas que se quieren poco no confían en sí mismos y creen erróneamente que no pueden o no van a saber hacer algo nuevo y no se arriesgan a probar. 

Así están reforzando su baja autoestima. Van creando una visión limitada y empobrecida de sí mismos que terminan creyéndose. Lo que en psicología se conoce como un autoconcepto negativo. Pero esto no es real. Todas las personas con baja autoestima son mucho más de lo que creen ser.

Es como la pescadilla que se muerde la cola. Con los pensamiento "No puedo", "No soy capaz", ya se predisponen a no probar algo nuevo y están creando la situación perfecta para confirmar su hipótesis acerca de sí mismos: que no pueden, que son poca cosa y que seguramente habrá alguien que lo sepa hacer mejor que ellos.. (aunque sí que tengan las habilidades y herramientas para abarcar esa tarea).

Esta falta de confianza les influye en su estilo de vida, en las decisiones que toman, en definitiva en sí mismos y todo lo que tenga que ver son su vida y su autorrealización.

Pero si miramos realmente dentro de nosotros mismos, si queremos realmente sacar toda nuestra belleza no nos queda más remedio que tan sólo probar, intentar, confiar más en nosotros mismos,  apostar por quienes somos aunque sea un poco y haciendo esto un día y otro y otro ya estamos contribuyendo a un cambio positivo y saludable en nuestra autoestima. Si miras en tu interior descubrirás que hay mucho más.

La vida es para experimentar, crecer y probar. Amémonos pues y construyámonos de la mejor manera posible apostando por nosotros (vése el post "El segundo pilar de la autoestima: aprendiendo a apostar por tí"), siendo fieles reflejos de nuestras capacidades y dándonos ese autoapoyo necesario para avanzar y superarnos. Tú eres tu mejor guía y tu mejor maestro. Coge fuerzas y atrévete a caminar. Pero sobre todo... Nunca dejes de quererte.